Villa Victoria: su residencia en Mar del Plata
La que fuera la casa de veraneo de la escritora Victoria Ocampo (1890/1979), emplazada en la manzana rodeada por las calles Matheu, Arenales, Quintana y Lamadrid, fue adquirida en Inglaterra a la firma Boulton & Paul Ltda.. Este edificio de madera (bungalow) era producido por dicha firma proveedora de la corona para sus colonias y empresas en América del Sur.
Construida en 1912, para Francisca Ocampo de Ocampo, tía abuela y madrina de su futura propietaria. Trasladada en barco y armada totalmente sobre una estructura de hierro, el conjunto abarcaba tres construcciones, construidas en diferentes estilos: la casa principal estilo inglés, la casa de los caseros, estilo francés y la tercera construcción estilo italiano. Esta última era destinada a vivienda para el personal de servicio y un garage doble con salida a la calle Matheu en planta baja.
La casa principal, abarcaba originalmente las manzanas entre las calles Arenales, Lamadrid, Saavedra y Matheu, consta de planta baja y alta; el piso inferior con un hall de entrada, living comedor, dos dormitorios, escritorio, cocina , office, rodeados por una galería en tres de sus cuatros lados.
La planta alta se une a la anterior por dos escaleras, la principal y la de servicio, tiene un hall, una sala, seis dormitorios, cuatro baños y una sala octogonal. Los cuartos revestidos de arpillera, sobre los cuales se adhiere un empapelado encontrándose a la vista el original en algunos cuartos.
Victoria Ocampo la hereda en la década del '20, convirtiéndose en un lugar de puertas abiertas para los escritores y amigos, del país y del exterior. Compartió largas veladas con María Rosa Oliver, Enrique Pezzoni, Eduardo Mallea, Jorge Luis Borges, Bioy Casares y muchos otros más. La amistad y el trabajo junto a Waldo Frank, Roger Callois, Gabriela Mistral, Saint Perse encontraron en Villa Victoria el entorno apropiado para un rico y sereno intercambio reflejado en las hojas de la revista SUR.
Tanto Villa Victoria como Villa Ocampo de San Isidro habían sido donadas en vida por su propietaria a
“Desde que dispuse de mis quintas, fueron de los escritores amigos. Deseo que gracias a
A principio de 1981,
En esta casa habitan palabras que una vez fueron dichas, Victoria creía en la cultura del diálogo y la buscaba. Si no la encontraba la creaba. El escritorio para huéspedes era el sitio para estar escuchar música, para leer y dejar pasar el tiempo hasta que la palabra sea fecunda y necesaria.
Victoria amó el mar y amó Mar del Plata, venía en diciembre y se quedaba hasta el mayo “cuando los arboles se sonorizaban”...le gustaba el otoño en la ciudad. caminatas solitarias, conversaciones ocasionales, invitados especiales, Mar del Plata fue su amor difícil, su espacio dominado e indomable a la vez, su caja de secretos.
Villa Victoria fue un paraíso en un balneario que “después sería ciudad”. Un lugar considerado de nadie y que Victoria hizo suyo con tanta pasión.
Esta casa tiene memoria y por lo tanto tiene vida. El camino de grava, los colores de las hortensias , las blancas magnolias invitan a visitar la casa e impregnarse de su historia.